Fox entiende: no eres bienvenido en Guerrero

Soy testigo de cómo la mierda inundó mi planeta.
Mi país.
Mi mente.
Mis sentimientos.
Algunas veces, vivir tan cerca de la mierda, te orilla a probarla. Lo indigno es que no te de asco al masticarla.
7 abril y el país ya no es el mismo.
7 de abril y el rayo de esperanza se desvaneció con 360 votos a favor.
7 abril y Andrés Manuel López Obrador ya sin fuero.
No es que el tabasqueño sea el redentor de la humanidad, mejor dicho, de la mexicaneidad. No, tal vez no lo sea, tal vez. El problema es que ahora, ya no lo sé, y tú tampoco.
Dicen los prianistas que es cuestión de legalidad. Dicen, los demás, que no es que AMLO sea un delincuente peligroso, sino un candidato peligroso.
Es indignante que mi trabajo me obligue a saludar a un diputado federal.
Es indignante tener que sonreír y afrontarlo con preguntas, que te ayuden a entender, a ti, no a tus lectores, por qué votaron así.
Es indignante que digan el mismo discurso pinchurriento.
Es indignante que yo que vivo de esa mierda, llamada política, me siga dando náusea el sólo saber que es y que existe.
El 7 abril, los perredistas perdieron a su candidato. Pero, los diputados que juzgaron al Peje, —léase PRI y PAN— perdieron, ante mí, y ante mucha de la gente que conozco, la poca credibilidad que les restaba.
El 2 de julio valió madre para la democracia.
¿Tú que chingados opinas de que el sombrerudo que te convenció para votar por él, hablando con modismos y groserías, sea hoy el verdugo de nuestra historia, de nuestro sistema político, de nuestro futuro, de esta mierda?
¿Qué opino yo?
Que esto apesta, que esto es indigno. Que esto va más allá de la mierda que he visto en este año.
Que 200 millones de pesos desviados por una vialidad, no es para tanto.
Que grandes empresarios hayan abusado del poder y del dinero de unos ciudadanos, no es para tanto.
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El sentir de aquellas miles de personas que se manifestaron en el Zócalo de la capital de este país, “es un mal entendido”, dice Fox.
No es que sea un sentimiento, es un mal entendido.
Centenares de personas incrédulas de sus gobernantes, es un mal entendido.
La mierda inundó mi planeta, mi país y mi mente.
Lo peor, no es la sesión extraordinaria en el Congreso de la Unión el pasado 7 de abril, lo peor de mí, de ti, de ustedes mexicanos, es que se nos va a olvidar.
No es que perdonemos a esos legisladores, guiados por sus ansias de poder y de dinero, porque no los vamos a perdonar.
Eso es lo peor. Los mexicanos no perdonamos.
Los mexicanos olvidamos.
El juicio de procedencia (desafuero) mañana será una anécdota biliar que recordaremos como la matanza en Acteal, en Aguas Blancas. Como la crisis del 95, como la muerte Cantinflas, como la boda de Lucero y Mijares.
Yo misma me violaré, el día que diga que lo que pasó el triste 7 abril, tenía que pasar para que Madrazo llegara al poder.
Yo misma lo olvidaré.
Por eso hoy, aquí, a punto de llorar de rabia e impotencia, dejo grabados mis sentimientos, mi ideología, para que el día que mi hijo me pregunte en qué momento caímos de una dictablanda priista a una dictadura prianista, le conteste diciendo: no recuerdo el día mi vida, sólo se que desde ese momento, yo y mi país, y mi gente, ya no fuimos los mismos.
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Quedó claro, todo quedó claro, cuando el jueves pasado, miembros del Estado Presidencial, le negaron el acceso a comerciarnes, funcionarios y ciudadanos que portaran el moñito tricolor, que manifiesta su repudio al desafuero. Esto allá en Acapulco de Juárez, Guerrero.
Así como me dijo una colega, que pendejo Fox de irse a meter a un estado perredista.
Y sí en efecto, que pendejo.
Así es como inició la represión en mi país.
Así es como la mierda inundó mi país.
Y mi planeta
Y mi mente.
Y la tuya.
Fox clausuras y te vas.
¿Fox que no entiendes? No eres bienvenido en Guerrero.
Rezaban las pancartas de mis paisanos.