Un color menos en el arcoiris
Empezó con una esquela en la Jornada de Oriente
Su nombre junto a una cruz y un mensaje, de “nos veremos pronto”.
Difícil situación.
Aunque yo no le conocía bien, hablé con él una terna de ocasiones, pero el tipo me conquistó, es que eran sus ojos, que brillaban como luciérnagas entre sus párpados. Era feliz, o eso decía, o eso entendía él, o eso entendía yo.
Total es que todo empezó un viernes a eso de las ocho de la noche, cuando Mario Martell señaló la Jornada.
¡Ay cabrón! Respondimos Edmundo y yo.
Una esquela en la Jornada de Oriente, cambió los ánimos del jodido bochito blanco. Entonces, vamos a ver.
Era cierto, tan cierto, como ambos, como esto y aquello. Antonio, toñito pa mí, toño pa Edmundo murió.
¿Qué pedo?
Una llamada a su mejor amiga bastó para conocer el veredicto de una cuerda.
Un madrazo a mis sentimientos,justo cuando Natalie había decidido visitar el Carolino para ir a clases, a su primer día de clases, justo ahí, justo ese miércoles, justo el cinco de enero.
Años atrás, un cinco de enero cualquiera, un cinco de enero de los noventas y de los ochentas, Toño, Mundo y yo ansiábamos la noche del cinco de enero, moríamos de morbo por la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar. Pero ese cinco de enero, ni mundo ni yo morimos de morbo, él murió y no de morbo, o tal vez sí, yo qué sé.
A sus 23, a sus 22 y a mis 21, todo enfriaba diferente.
Un día que miles de niños esperaban, un día que Natalie ni siquiera imaginaba.
Natalie. ¡Qué dolor! Dolor. Dolor. Dolor. Dolor. Dolor.
Lo Primero era Toño, un luchador y líder homosexual, que vivía feliz, o al menos eso entendía él, o al menos eso entendía yo.
Lo Primero era Toño, un luchador y líder homosexual, que vivía feliz, o al menos eso entendía él, o al menos eso entendía yo, lo segundo era Natalie, su mejor amiga,su carga portafolios de problemas,su mejor amiga.
Lo Primero era Toño, un luchador y líder homosexual, que vivía feliz, o al menos eso entendía él, o al menos eso entendía yo, lo segundo era Natalie, su mejor amiga, su carga portafolios de problemas, su mejor amiga. Lo tercero era Edmundo, situación similar, depresivo hasta el prepucio, mi mejor amigo, un faje más de toño, el que vomitó al cumpleañero en el Tigre, quien cambió mi vida con la muerte de su madre,quien me cambia el ánimo con una nalgada, quien se me encima en las mañanas para despertarme, quien pedorrea mi cama y la hace cimbrar, quien se limpia el zoquete de los pies en mi cuarto y después se chupa los dedos, quien me invita mi coca si lo acompaño a la tienda, quien me regaña si me enfermo, quien me deja de hablar en sus depresiones, quien sufre de incontinencia verbal, quien según Lara es un ingrato, quien no sabe querer a otro que no sea él, quien aprendió a querer a otro que no era él y ese otro soy yo, quien dice cosas para engañarte y no engaña ni una puta migaja, y lo cuarto era yo.
Antonio Chamorro decidió darle vida a un suicidio.
Murió un 5 de enero.
Un miércoles frío, soleado y húmedo de enero.
Antonio optó por empujar su destino a un precipicio.
Dicen que fue asesinato, el perito dice que es suicidio.
Antonio confió su vida en una cuerda.
Así...
Fue encontrado muerto en sus oficinas de la tres poniente en el Centro Histórico de la ciudad, colgado de una cuerda.
Y murió.
Y con él, un color en el arcoiris...personal.
Toño:Mucha suerte en tu nuevo proyecto.Un salud, por la decisión tomada. Un coraje, por no saber nunca la verdad. Ojalá que te vaya bien, y ojalá que encuentres lo que fuiste a buscar.
Toño, carajo, que en paz descances.
1 Comments:
chale que onda, lo ciento por lo de tu amigo, sigue esciribiendo.
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